Kari Voutilainen es un relojero de 62 años nacido en la Laponia finlandesa que trabaja en su taller de Môtiers (Suiza) y 11 veces ganador del Gran Premio de Relojería de Ginebra. Es propietario de la fábrica de esferas Comblémine SA, director general de la histórica marca Urban Jürgensen y fundador de su propia marca de relojes, Voutilainen, sinónimo de artesanía.
Kari Voutilainen es reconocido como uno de los más grandes maestros relojeros de nuestro tiempo, pero su nombre también es una marca, más grande que él mismo. Destacando entre sus pares, Voutilainen combina una artesanía extraordinaria con una visión estratégica de negocios, demostrando repetidamente su capacidad para construir y mantener un negocio de fabricación sostenible. Ya sea a través de colaboraciones o integrando a sus propios fabricantes de cajas y esferas, Kari ejemplifica de manera consistente y exitosa el valor de pensar a largo plazo. Su trayectoria profesional comenzó en la restauración de relojes, una experiencia que inevitablemente lo llevó a crear sus propias obras.
La historia de Kari Voutilainen
Kari Voutilainen no nació en el mundo de la relojería, pero, aunque ninguno de sus padres trabajaba en este sector, tenía un amigo de la familia que era dueño de una pequeña tienda de relojes en la que pasaba gran parte de su tiempo. Al principio, el deporte y la vida académica crearon un conflicto que, a menudo, salía ganando el propio deporte. Cuando llegó el momento de decidir su camino en la vida, acabó matriculándose en la Escuela Finlandesa de Relojería Kelloseppäkoulu, en Espoo. Tras graduarse, trabajó en una tienda minorista, pero pronto se dio cuenta de que había llegado el momento de volver a estudiar. Esto le llevó a matricularse en un curso de actualización en WOSTEP, en Suiza, en 1988. Durante este curso de actualización, descubrió el curso de complicaciones de la escuela. Para pagarlo, regresó a Helsinki y se estableció como restaurador independiente. Un año después, volvió a WOSTEP para asistir al curso de complicaciones, al que habían asistido relojeros como Stephen Forsey y Stepan Sarpaneva. Después de completar este curso, diseñado para familiarizar a los estudiantes con los calibres más complejos, Voutilainen estaba listo para unirse a una gran empresa y profundizar aún más su comprensión de la relojería.
Un nuevo capítulo en Parmigiani y los primeros relojes
Tras encontrarse con dificultades de visado que le impidieron aceptar un puesto en Vacheron Constantin , Kari Voutilainen se incorporó a Parmigiani , donde trabajó durante nueve años. En los años 90, Parmigiani aún no gozaba del reconocimiento del que goza hoy, pero ya destacaba como uno de los talleres de restauración más respetados de Suiza. Fue allí donde Voutilainen conoció a Charles Meylan , que se convertiría en su mentor. Bajo la guía de Meylan, adquirió habilidades que, según él, "no se aprenden en la escuela de relojería". Además, fue Meylan quien le animó a dar el paso decisivo de crear su primer reloj.
Durante tres años y medio, por las tardes y los fines de semana, Voutilainen se dedicó a su primer reloj de bolsillo, un tourbillon de un minuto con dos barriletes y reserva de marcha, terminado en 1994. Dos años más tarde, esta pieza se expuso en el Museo de La Chaux-de-Fonds, en una exposición de tourbillon patrocinada por Girard-Perregaux . Fue allí donde la obra de Voutilainen comenzó a atraer la atención de los coleccionistas, que rápidamente se acercaron a él con pedidos.
Uno de los primeros encargos fue un repetidor de minutos de diseño discreto, solicitado por un cliente que quería algo visualmente discreto. Para crear esta pieza única, Voutilainen utilizó un movimiento ébauche vintage de LeCoultre. El resultado fue un reloj con caja de oro amarillo, bisel estriado y esfera lacada en blanco, con agujas y números Breguet. El detalle más innovador e interesante fue la ausencia de un deslizador externo para el mecanismo de repetición, que se integró directamente en el bisel estriado, lo que lo hace funcional y estéticamente discreto.
En 1999, Voutilainen dejó Parmigiani y se incorporó a WOSTEP como profesor. En un principio, el plan era dividir su tiempo entre la docencia (50%) y proyectos personales, pero, como él mismo cuenta, acabó dedicando “el 150% de su tiempo a la docencia”. Sus alumnos recuerdan que si no sabía la respuesta a un problema, Voutilainen se quedaba despierto toda la noche trabajando en una solución y la presentaba al día siguiente. Muchas de esas horas trasnochadas las pasaba estudiando el libro Watchmaking de George Daniels y experimentando en el banco de trabajo hasta encontrar la respuesta adecuada.
Aunque disfrutaba enseñando y compartiendo sus conocimientos, se dio cuenta de que no podía permanecer en WOSTEP indefinidamente. Durante los tres años que estuvo allí, continuó desarrollando sus habilidades y ampliando su taller. Acumuló tantas herramientas que ya no tenía espacio en su casa, por lo que tuvo que alquilar un espacio de trabajo. Fue allí donde creó el prototipo de movimiento para un reloj que luego se exhibiría en Baselworld, todavía bajo otra marca.
Motivación para ser independiente
Aunque su trabajo para otras marcas debía permanecer en secreto, su talento llamó la atención de Philippe Dufour, quien lo animó a trabajar bajo su propio nombre. Este impulso fue el último que Voutilainen necesitaba para establecerse como relojero independiente. En 2002, fundó su propia empresa de relojes.
En un principio, la idea era hacerlo todo él mismo, pero pronto se dio cuenta de que la calidad que tenía en mente requería un equipo. Sin embargo, tuvo cuidado de que el crecimiento fuera moderado, evitando los errores de otros independientes que, al expandirse demasiado rápido, perdieron el control de sus marcas.
En junio de 2021, Voutilainen trasladó su taller a un edificio histórico, un antiguo hotel-restaurante llamado Chapeau de Napoléon , situado en una colina con vistas al pueblo de Môtiers, en el valle de Travers. El edificio se reconvirtió para adaptarse a las necesidades de la relojería, con dos plantas de espacios amplios y mucha luz natural, ideales para el minucioso trabajo que allí se lleva a cabo.
¿Qué hace que Kari Voutilainen sea especial?
Kari Voutilainen se guía por una visión de calidad y personalización que ha definido su enfoque relojero durante más de dos décadas. Siempre ha trabajado a pequeña escala, manteniéndose fiel a sus valores, ya que lleva a cabo él mismo todos los procesos de creación de un reloj.
Hace unos años, Voutilainen completó un reloj complicado por su cuenta, demostrando así su compromiso con la relojería tradicional y el contacto directo con los clientes. Sin depender de equipos de ventas ni de responsables de relaciones públicas, Voutilainen se encarga personalmente de todos los aspectos de su negocio, desde el servicio de atención al cliente hasta el envío de los relojes terminados. Este enfoque personalizado refleja su deseo de crear piezas únicas que trasciendan los límites de la relojería convencional.
Aunque su producción es limitada, ofrece configuraciones casi ilimitadas, adaptando cada reloj a los deseos de sus clientes sin limitarlos a catálogos rígidos. Esta flexibilidad da como resultado creaciones únicas, a menudo coloridas y poco convencionales, siempre en línea con su filosofía de diseño. Cuando es necesario, recurre a artesanos especializados, como grabadores y esmaltadores, para realzar sus piezas.
Un ejemplo de esta colaboración es el reloj Kaen, creado en colaboración con el estudio de lacado japonés Unryuan. Esta pieza destaca por su combinación de técnicas tradicionales de lacado japonés con un diseño contemporáneo, lo que ilustra la capacidad de Voutilainen para integrar las artes tradicionales de diferentes culturas en su relojería. Su trabajo sigue representando el equilibrio perfecto entre tradición, innovación y personalización, asegurando la creación de relojes verdaderamente únicos y atemporales.
Colaboraciones y Transparencia
Mientras que muchas marcas encargan trabajos especializados sin revelar los nombres de los artesanos implicados, Voutilainen valora la colaboración y la transparencia. Menciona abiertamente los nombres de sus socios, como el maestro grabador Eddy Jaquet , responsable de varias indicaciones de día y noche y fondos de caja, o el artesano Cédric Vichard , que crea exquisitas cajas para sus relojes. Este enfoque refleja su filosofía de valorar el trabajo colaborativo, algo que él mismo ha experimentado al desarrollar movimientos para otras marcas.
Voutilainen también trabaja directamente con otras marcas, proporcionándoles esferas elaboradas y movimientos personalizados. Entre sus clientes se incluyen tanto marcas independientes como marcas más consolidadas, como MB&F, para la que ha desarrollado movimientos.
Construyendo una marca sustentable
A diferencia de muchos independientes, Voutilainen se centra en construir una marca y un equipo que puedan sobrevivirle. Esta visión a largo plazo se evidencia en decisiones estratégicas como la integración de sus fabricantes de esferas y cajas en su negocio de fabricación. Este enfoque reduce la dependencia de proveedores externos y fortalece la sostenibilidad de su negocio. Desde 2014, cuando adquirió una fábrica de esferas, ha mantenido la operación diversificada, suministrando también a otras marcas como Grönefeld, Schwarz Etienne y Armin Strom.
"La fuerza de la empresa reside en su gente", afirma Voutilainen. El equipo cuenta actualmente con unos 30 miembros y tiene previsto ampliarlo. Esta filosofía garantiza que el legado de la marca perdure incluso después de su retirada.
Características distintivas de los relojes Voutilainen
Estética de los diales
Una de las características más notables de los relojes de Voutilainen son las esferas únicas, producidas en su fábrica de Comblémine. A menudo utiliza la técnica tradicional del guilloché, que consiste en grabar patrones intrincados y repetitivos en el material base. Sin embargo, Voutilainen ha modernizado esta técnica, introduciendo nuevos patrones, colores vibrantes y materiales como el esmalte y el ónix. El recubrimiento galvánico le permite crear una amplia gama de colores, desde el blanco puro hasta el rojo intenso. Cada patrón está cuidadosamente documentado y es reproducible, lo que garantiza la continuidad del diseño.
Caja con forma de lágrima y asas
Otro elemento distintivo es el diseño de las asas en forma de lágrima, inspirado en un reloj Movado de los años 50 de la colección personal de Voutilainen. Estas asas conservan su brillo e integridad incluso después de múltiples pulidos, lo que garantiza la durabilidad del diseño.
Indicadores del observatorio
Las agujas de los modelos Observatoire están formadas por tres partes: el eje, la anilla circular y la punta en forma de flecha. Este diseño complejo suele realizarse en oro con detalles de acero pavonado y es uno de los más elaborados en relojería.
Movimientos innovadores y modularidad
Los movimientos de Voutilainen se distinguen por su arquitectura única y sus acabados excepcionales. Para desarrollar complicaciones, utiliza un enfoque modular, basado en su movimiento emblemático Calibre 28. Esta metodología le permite crear diferentes complicaciones sin necesidad de nuevos movimientos para cada modelo. El Calibre 28 combina influencias tradicionales, como el gran puente de volante de gran tamaño inspirado en los relojes de bolsillo antiguos, con innovaciones modernas como el escape de doble rueda Grossmann con curva interna y la espiral Breguet. Este diseño ofrece una mayor eficiencia energética y aumenta la longevidad del movimiento.
Reutilización de movimientos antiguos
Voutilainen también integra en sus modelos movimientos antiguos y nuevos . Un ejemplo notable es el Chronomètre 27, que utiliza movimientos Longines 360 restaurados y modificados. Este enfoque refleja su fuerte conexión con el arte de la restauración y el respeto por los calibres históricos.
Modelos y creaciones notables de Kari Voutilainen
Observatorio
El Observatoire, que se fabricó por primera vez en 2007, nació de la sugerencia de un cliente coleccionista, que le presentó a Voutilainen un estuche que contenía movimientos Peseux antiguos y le sugirió que los utilizara como base para un reloj. Concebido inicialmente como una pieza única, el proyecto evolucionó hasta convertirse en una serie limitada.
Los movimientos Peseux eran movimientos básicos certificados en pruebas de observatorio, originalmente destinados a competiciones de precisión en los observatorios de Ginebra y Neuchâtel. Pocos de estos calibres sobreviven, lo que hace que el proyecto sea aún más especial. Voutilainen desmontó, limpió y modificó cada movimiento, y agregó su propio escape, con una espiral Breguet y una curva interna de estilo Grossmann, antes de terminarlos con su alto nivel habitual.
Características del modelo:
Esferas altamente personalizadas con técnicas guilloché y acabados únicos.
Alas en forma de lágrima, un elemento de diseño característico.
Producción limitada a unas 50 unidades, todas diferentes en detalles y personalizaciones.
Observatoire recibió reconocimiento internacional y le valió a Voutilainen su primer premio en el Grand Prix d'Horlogerie de Genève (GPHG) en 2007.
Evolución del modelo:
Las primeras versiones del Observatoire presentan un diseño más utilitario, con asas rectas y manecillas con forma de espada. A medida que el estilo de Voutilainen evolucionó, los diseños se volvieron más elaborados, con detalles refinados y una estética más distintiva.
Cronógrafos – Serie Masterpiece
El debut de Voutilainen como relojero independiente llegó con la serie de cronógrafos Masterpiece. Presentados por primera vez en 2004, estaban impulsados por su primer movimiento totalmente fabricado internamente, inspirado en la geometría tradicional de las icónicas variantes Valjoux 23 y Patek Philippe.
Serie I:
Esfera asimétrica, con la visualización de la hora relegada a una subesfera a las 6 en punto, resaltando el enfoque en la función de cronógrafo.
Producción limitada de 11 piezas, con acabados guilloché y diseño clásico.
Serie II:
La segunda serie, lanzada en 2010, introdujo complicaciones adicionales, como una gran fecha y fases lunares. En ella participó un grupo de coleccionistas del norte de California que participaron activamente en el diseño de sus piezas. Se produjeron diez ejemplares, así como ediciones en oro blanco, oro rosa, platino y acero inoxidable.
Repetidor de minutos
Uno de los relojes más impresionantes de Voutilainen es el Minute Repeater, terminado en 1996, antes incluso de que se fundara su marca. Un cliente le pidió que creara un repetidor de minutos discreto con un movimiento LeCoultre ébauche vintage.
Diseño e Innovación:
El bisel estriado sirve como botón deslizante para activar la función de repetición, una solución innovadora que mantiene la estética limpia y minimalista.
Movimiento restaurado y optimizado para un máximo rendimiento.
Las últimas piezas presentan complicaciones adicionales como funciones GMT, calendarios perpetuos y versiones esqueletizadas.
Tourbillon
Voutilainen completó su primer tourbillon en 1994, una pieza de bolsillo con doble barrilete y reserva de marcha. Desde entonces, ha creado tourbillons de diversas formas, muchos de ellos como encargos únicos para clientes.
Un ejemplo notable es el tourbillon con escape de distensión pivotante , inspirado en los cronómetros marinos. Esta complicación poco común y técnicamente desafiante se ha integrado en un reloj de pulsera, lo que pone de relieve la habilidad de Voutilainen para miniaturizar las complicaciones tradicionales.
Tourbillon-6:
Lanzado en 2014, este fue el primer tourbillon de producción en serie de la marca. Con un escape de impulso directo de doble rueda, el diseño combina estética y precisión. Solo se produjeron seis ejemplares.
Veintiocho
El Vingt-8 se considera la piedra angular de la cartera de Voutilainen. Lanzado en 2011, está impulsado por el Calibre 28 desarrollado internamente, que cuenta con el escape de doble rueda característico de la marca.
Características destacadas:
Movimiento modular que permite añadir complicaciones como fechas retrógradas y reservas de marcha.
Esferas experimentales con una amplia gama de combinaciones de colores, estilos de numeración y materiales como el esmalte y el guilloché.
Diseño clásico de asa en forma de lágrima y agujas Observatoire.
Un ejemplar único fue el prototipo Vingt-8 (número 000), con caja de platino y esfera de color salmón, certificado por el Observatorio de Besançon. Este certificado se otorga tras rigurosas pruebas cronométricas, con tolerancias mucho más estrictas que las de los cronómetros suizos convencionales.
Reflexiones finales
Kari Voutilainen es un maestro polifacético: relojero, empresario, diseñador y visionario. Sus creaciones combinan tradición e innovación, manteniendo una clara filosofía de calidad, personalización y sostenibilidad.
Ya sea a través de relojes únicos como el Observatoire y Minute Repeater, o modelos icónicos como el Vingt-8, Voutilainen ha construido una marca que refleja su compromiso con la artesanía y la innovación técnica.
Como él mismo admite, “no trabajo por dinero, sino por calidad”. Este enfoque en sus valores fundamentales ha asegurado el crecimiento sostenido de su marca y la creación de un legado que seguramente perdurará mucho más allá de su carrera activa.
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